¿Educación obligatoria desde los seis años, como ahora, o a partir de los tres? La Generalitat se ha pronunciado por esta última opción. Quiere avanzar la edad de inicio obligatorio en la escuela. Pero surgen voces críticas con la medida, que el Gobierno catalán ha introducido en el anteproyecto de ley de educación catalana. ¿El motivo del adelanto? "La importancia que tiene la escolarización de toda la población en estas edades, especialmente entre los niños de medios sociales menos favorecidos", decía el Departamento de Educación en las bases de la futura ley. "Y eso aconseja declarar este ciclo obligatorio y así asegurar mejor la igualdad de oportunidades". La propuesta se ha incorporadorado al borrador de la ley.
El 98% de los niños de tres años ya están escolarizados en Cataluña. ¿Para qué, entonces, hacer obligatorio algo que de hecho ya está funcionando?, se preguntan los críticos con la medida. Uno de ellos, la red de centros Xarxa d'Educació Lliure (XELL), está agrupando a los contrarios al cambio. Ha recogido cientos de firmas en contra y lo ha comunicado a Educación.
En cambio, algunas asociaciones de padres, como la FAPAC (Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Cataluña), la defienden. Otras, como la Asociación de Maestros Rosa Sensat, la han criticado o dicen que no es una prioridad.
En España la escuela obligatoria empieza a los seis años. Una mirada a los países más cercanos muestra que no hay ninguno que obligue a ir a la escuela antes de los cinco (véase el mapa adjunto). En la mayoría empiezan a los seis. Pero en algunos, como Finlandia y Suecia, lo hacen a los siete, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El Ministerio de Educación está expectante ante la medida anunciada por la Generalitat. "No nos pronunciamos sobre un documento borrador o sobre intenciones anunciadas cuya materialización no se ha realizado", señaló un portavoz del ministerio. "La LOE [Ley Orgánica de Educación] exige a las comunidades autónomas que tomen las medidas necesarias para garantizar la existencia de plazas gratuitas a partir de los tres años, aunque no obliga a la plena escolarización", apunta el ministerio.
Algunos expertos, como el profesor Xavier Melgarejo, creen que, más que avanzar la escolarización, hay que conciliar el trabajo y la familia. Y el trabajo a tiempo parcial puede ser un camino, aunque es poco utilizado en España. Los ocupados a tiempo parcial son apenas el 12% en España, frente al 46% en Holanda y el 25% en Suecia y Finladia (véase el mapa).
"En los países nórdicos se practica una política destinada a crear un espacio de libertad para los ciudadanos", recalca Melgarejo. "Ir a la guardería favorece la integración social de las familias desestructuradas o con bajos recursos, pero eso no es así para las clases medias y, por supuesto, para las altas", dice este experto, autor de una tesis sobre la educación en Finlandia. "En ese país la escuela empieza a los siete años, pero hay centros que la ofrecen antes".
En opinión de Ángela Rodríguez, responsable de guarderías de UGT en Cataluña, en cambio, no sería una buena medida. "No estamos de acuerdo y se lo hemos dicho aEducación. Avanzar la obligatoriedad reduce la libertad de los padres. Lo que hay que hacer es adecuar el tiempo familiar al trabajo. Falta una política de conciliación familiar con el trabajo. Los niños necesitan estar más tiempo con sus familias", añade.
En cambio, el presidente de la FAPAC, Walter García, ve bien la medida: "Estamos a favor. Avanzar la obligatoriedad de la escuela sería positivo para socializar a las familias más desestructuradas, que se beneficiarían con esta medida".
María Pazos, portavoz de la Plataforma por Permisos de Nacimiento y Adopción Iguales e Intransferibles, dice: "Me inclino por que sea obligatorio, pero no lo veo una prioridad. Más del 90% de los niños de más de tres años ya van a la guardería. Hay cosas más urgentes que hacer obligatoria esta etapa. Lo importante es la igualdad de permisos para hombres y mujeres. Las mujeres tienen ahora 16 semanas por maternidad y pedimos que los hombres tengan otras 16. No creo en las excedencias ni en las reducciones de jornada, sino en la igualdad y el reparto del tiempo entre hombres y mujeres".
Pere Joan dirige un centro alternativo, el proyecto educativo La Caseta, en el barrio barcelonés de Gràcia. Allí hay 25 niños en cuatro espacios. Joan está en contra de avanzar la obligatoriedad. "Va contra la libertad de las familias. En nuestro centro trabajamos desde el juego hasta la espontaneidad y la afectividad. Y si un niño se interesa por algo, se le explica", dice.
Otro centro alternativo es El Roure, en Mediona (Alt Penedès). "No se puede meter a todos los niños en el mismo saco", dice su responsable, Begoña González, que critica la obligatoriedad escolar a edades tempranas.
